San Martín, como inspiración para el presente

A punto de cumplirse 40 años de vida democrática ininterrumpida, sumergido nuestro país en una crisis económica y social con pocos precedentes, sería necesario que la actual dirigencia política, inmersa en un proceso electoral que tampoco parece poder escapar a la conflictiva realidad, busque inspirar sus pasos en la templanza y firmeza del general San Martín

General San Martín.
General San Martín.

La Argentina recuerda nuevamente hoy al general José de San Martín, al cumplirse 173 años de su muerte.

Fue el gran gestor de la independencia argentina y su convicción libertadora la extendió con capacidad y visión estratégica tanto a Chile como a Perú, país al que llegó a gobernar. La eficiencia con la que manejó a su ejército tuvo basamento en su maestría para trazar estrategias en el terreno de combate.

Quienes admiran sus dotes como militar resaltan su disciplina para encarar las distintas misiones que ideó y concretó. Ese ejercicio fuerte del mando, sin embargo, nunca se apartó del equilibrio a la hora de tomar decisiones y el respeto por sus jefes a cargo y soldados, según coinciden, con distintos escritos, personalidades que a lo largo de los años rescataron sus virtudes y logros para el país.

Y en Mendoza tenemos el privilegio de recordarlo por haber elegido a esta región de Cuyo, además de un lugar para vivir en familia, como el destino para organizar la gesta libertadora. Una proeza reconocida en el plano internacional a través de los años. Con un ejército para nada ideal en cuanto al número de efectivos cruzó los Andes para encarar batallas que permitieron derrotar a fuerzas bélicas claramente superiores.

Pero su misión no quedó limitada al campo militar. San Martín imaginó una nación creciente a la que siempre quiso contribuir en su organización. Por ello, ya como Gobernador Intendente de Cuyo le dio un fuerte apoyo a la formación del Congreso Nacional de Tucumán, en el que se concretaría la independencia luego del proceso iniciado el 25 de mayo de 1810.

En aquel año 1816, José de San Martín tuvo una postura insistente para que los congresales provenientes de las distintas provincias concretaran con firmeza y convicción la declaración de la independencia de las por entonces Provincias Unidas del Río de la Plata. Mucho se ha escrito sobre su contacto frecuente con uno de los representantes de Cuyo en Tucumán, Tomás Godoy Cruz, quien supo interpretar el sentir del Libertador en cuanto a la necesidad de evitar el letargo que pudiese demorar o frustrar la gesta independentista.

Esta situación puso de manifiesto su visión política más allá de la mirada estratégica que lo distinguió en el campo militar. Actuó con el convencimiento de que la misión libertadora que lo tuvo como principal artífice y protagonista no resultaba suficiente para consolidar la independencia de estas tierras. Por todo ello, San Martín es muy bien considerado el Padre de la Patria; nadie puede dudar de que fue y es la mayor expresión de argentinidad a lo largo de los años.

A punto de cumplirse 40 años de vida democrática ininterrumpida, sumergido nuestro país en una crisis económica y social con pocos precedentes, sería necesario que la actual dirigencia política, inmersa en un proceso electoral que tampoco parece poder escapar a la conflictiva realidad, busque inspirar sus pasos en la templanza y firmeza del general San Martín, siempre en base a su impronta política.

Como un glosario, más de un dirigente actual debería tener al alcance de la mano sus escritos y reflexiones, como las famosas 12 máximas que dejó a su hija Merceditas, para poder guiar los pasos de la Argentina por el sendero que el gran héroe trazó.

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