"Visión en tubo", la estrategia de la defensa de Julieta Silva para lograr la pena mínima

La pericia determinó que la joven estaba alcoholizada cuando pisó con su auto a Genaro Fortunato. Qué plantea su abogado.

"Visión en tubo", la estrategia de la defensa de Julieta Silva para lograr la pena mínima
"Visión en tubo", la estrategia de la defensa de Julieta Silva para lograr la pena mínima

La causa por el trágico fallecimiento de Genaro Fortunato mantiene complicada a su ex novia, Julieta Silva, quien admitió haberlo pasado por encima con su auto en la madrugada del 9 de septiembre de 2017 en San Rafael, aunque haciendo hincapié en que creyó haber pisado "un pozo", en el marco del juicio por la muerte del joven rugbier.

Sin embargo, el estado alcohólico de Silva en el fatídico momento podría resultar fundamental a la hora de conocer la sentencia.

Durante el inicio de la segunda semana de declaraciones, el jefe del cuerpo médico forense de San Rafael, Mariano Cuaranta, explicó los alcances que habría tenido la ingesta de bebidas alcohólicas en la mujer, terreno al que quiso llegar el abogado defensor Alejandro Cazabán, quien basa su postura en que la joven no vio a Genaro Fortunato en el momento del impacto fatal.

Cuando tomaron la muestra de sangre para realizar el estudio toxicológico, Silva tenía 0,70 gramos de alcohol en sangre pero en retrospectiva se estima que cuatro horas antes era de 1,30. 

El médico explicó que la misma graduación alcohólica afecta a cada persona de distinta manera, (depende del sexo, el acostumbramiento entre otros factores). Sin embargo aclaró que "puede haber un detrimento en la visibilidad" y habló de "visión en tubo", porque disminuye hacia los costados. También afirmó que afecta los reflejos y eso impacta en "los tiempos de reacción", como por ejemplo frenar.

Al describir los estados de un apersona alcoholizada, Cuaranta consideró que la imputada podría encontrase en una etapa de euforia rozando la temeridad y “con los frenos inhibitorios algo disminuidos”.

En tanto, Francisco Carabajal, bioquímico del cuerpo médico forense que tomó la muestra y realizó los estudios en la sangre de Silva aseguró que el cálculo de la graduación alcohólica al momento del incidente, 1,30, tiene un 97% de certeza. Asimismo no descartó un grado de error y según sus estimaciones ubicó esa graduación en una franja que va desde el 0,98 a 1,62 gramos de alcohol en sangre.

El último perito fue Sebastián Olmedo, el psicólogo no fue concluyente sobre el estado psíquico de la imputada después del hecho porque la entrevista no duró más de 5 minutos.

Según el profesional, Silva no emitió palabra. Solamente dio los datos personales, con la voz muy entrecortada y luego se llamó a silencio.

Incluso le hicieron escuchar la grabación de Silva llamando al 911, a pedido de la defensa, pero evitó pronunciarse sobre su estado psicológico en ese preciso momento.

Julieta Silva arriesga una condena de 8 a 25 años por "homicidio simple con dolo eventual", aunque cabe la posibilidad de que los jueces se inclinen por los argumentos de la defensa y dicten una pena de 5 años como máximo bajo la carátula de "homicidio culposo agravado". 

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