Viral: el médico que sorprende a sus pacientes con su monopatín eléctrico

Por las calles de San Martín y el Gran Mendoza, el oftalmólogo Enrique Gandolfo ostenta su micro movilidad y apuesta a una nueva tendencia. Famoso por ser: “el chico del monopatín”.

Una movilidad sustentable que llegó para quedarse.
Una movilidad sustentable que llegó para quedarse.

Por las calles de San Martín o el microcentro de Mendoza. De consultorio en consultorio y muchas veces hasta con su ambo de oculista. El médico Enrique Gandolfo atraviesa grandes distancias para lograr atender a sus pacientes, como tantos otros expertos. La diferencia: él lo hace todo en su monopatín eléctrico y sorprende a quienes lo ven pasar. Hasta incluso les saca una sonrisa a sus propios pacientes. Su estilo de vida tiene mucho que ver con su manera de mirar a un planeta que gira lentamente hacia las energías sustentables. Para él la micro movilidad es mucho más que un medio de transporte. Se trata de un mundo que ama y que él contagia (varios de sus colegas ya se animaron y se desplazan en monopatín).

Su historia comienza con un paseo por otros países y, justamente, con sus ojos. “En varios viajes de mi formación ya se veía este tipo de micro movilidad. En el 2019 en Paris tuve la oportunidad de utilizar por primera vez un monopatín para trasladarme en la ciudad y realmente me enamoré”, asegura Gandolfo.

El médico en sus horas de consulta previo viaje con su monopatín.
El médico en sus horas de consulta previo viaje con su monopatín.

Muchos factores lo convencieron luego de que éste era su camino: “La practicidad, el bajo costo y la posibilidad de llegar a cualquier lugar sin pensar en el estacionamiento. Es una forma de trasladarse en ciudades muy eficiente y de muy fácil utilización”. Así lentamente el médico oculista se convirtió en “el chico del monopatín”.

“El primer monopatín que tuve lo use ya con la idea de trasladarme a mis distintos lugares de trabajo y los fines de semana para distracción familiar”, recordó y relató cómo reacciona la gente cuando lo ve pasar: “Cuando me ven en el monopatín la gente se sorprende y se interesa por este tipo de movilidad. Preguntan y capta su atención. Me dieron el calificativo ‘el chico del monopatín’, algunos se sorprenden más y dicen: ¡ese es mi médico!”.

Con él a todos lados

El monopatín de Gandolfo lo acompaña casi como un perro fiel. Donde sea que él vaya está su micro movilidad. Es que este tipo de monopatines se cierran fácilmente y se trasladan con la mano. En la entrevista con este medio Gandolfo lo guardó justamente debajo de su asiento. Lo mismo que sucede cuando él atiende a sus pacientes. Debajo de su escritorio se esconde su fiel transporte que puede alcanzar una velocidad de 25 kilómetros por hora (la reglamentaria en Mendoza).

“Cambió totalmente mi forma de trasladarme en la vida. La practicidad, sentirse libre y a su vez encontrar un medio de transporte sustentable, ecológico, económico, práctico, cómodo y de muy fácil uso. Llego a mi casa, lo conecto al cargador y listo. Cuando lo probas es muy difícil no enamorarse. Lo recomiendo porque realmente estoy convencido de que es la movilidad del futuro, vino para quedarse la micro movilidad”, enfatizó el oculista quien está especializado en segmento anterior.

Enrique y un grupo de amigos se apasionaron con esta movilidad al punto de iniciar un negocio para poder extender su estilo de vida. Ellos crearon lo que se conoce como Feel Move. “Con unos amigos, Eduardo y Rodolfo, justo después de volver de Europa arrancamos con este proyecto. Soy oftalmólogo, por mi profesión me traslado a distintos puntos de la ciudad del Este y del Gran Mendoza. Los tres compramos los monopatines y allí empezamos a usarlos para ir a trabajar nosotros. A fines del 2019 comenzamos con este hermoso proyecto. Nuestra idea es concientizar a la gente en el uso de la micro movilidad como una forma de vida eco amigable con el medio ambiente”, aclaró.

Su sueño está claro. El ansía ver un mundo donde el transporte sustentable sea masivo y real. Y donde los monopatines eléctricos no sean considerados un juguete sino que una verdadera forma de vida que respeta al medio ambiente y que es práctica. Se trata sin duda de una tendencia que se aferra cada vez más y más. “El chico del monopatín” es un claro ejemplo de que algo nuevo está sucediendo.

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