Transformaron en huerta un viejo basural y ofrecen sus verduras a un comedor

Instituciones y vecinos limpiaron un terreno descuidado en La Favorita, donde ahora cultivan su comida y ayudan a otros.

Los Nievas son parte de los vecinos que trabajan la tierra para cultivar sus propias verduras y aromáticas / Orlando Pelichotti
Los Nievas son parte de los vecinos que trabajan la tierra para cultivar sus propias verduras y aromáticas / Orlando Pelichotti

Parece mentira que aquel basural situado en el corazón de La Favorita, en el piedemonte capitalino, donde mucha gente solía depositar desechos de todo tipo, se haya convertido en una prolija huerta comunitaria que abastece, incluso, con parte de lo que se consume en el comedor del puesto Las Gemelas.

La historia comenzó en pleno invierno a instancias de Iván Bahamondes, fanático del barrio más popular de la ciudad de Mendoza, junto con otras personas con buena predisposición que se fueron sumando en el camino.

Como trabajador territorial del municipio, Bahamondes solía recorrer los puestos para observar las distintas necesidades e instrumentar la ayuda necesaria.

Lo cultivado es consumido por vecinos y también enviado al comedor.
Lo cultivado es consumido por vecinos y también enviado al comedor.

Fue así que durante esos recorridos contempló un basural en las inmediaciones de un puesto donde tiempo atrás se alimentaban cerdos.

“Pedimos autorización, asesoramiento, insumos y pusimos manos a la obra”, comentó el impulsor, que si bien se desempeña en el municipio, la huerta la desarrolló por iniciativa propia.

La Dirección de Paseos Públicos, así como el INTA, la familia propietaria del puesto y un grupo de anónimos y vecinos del lugar, se sumaron al proyecto y comenzaron a limpiar el terreno sin prisa ni pausa en medio de la rigurosidad del clima.

Ya sin basura, el baldío fue mutando hasta convertirse en una huerta comunitaria.
Ya sin basura, el baldío fue mutando hasta convertirse en una huerta comunitaria.

La idea de transformar ese espacio sucio y descuidado en otro productivo tuvo origen, además, en la necesidad de abastecer al comedor y merendero que funciona en el lugar.

“Fue una idea mixta, es decir, entre instituciones y comunidad. Los resultados son excelentes; estamos tan entusiasmados que proyectamos elaborar salsa de tomate apenas obtengamos la primera producción”, anticipó.

“Estamos abiertos a recibir a todo aquel que desee colaborar en esta idea sustentable, que tiene como finalidad mejorar la calidad alimentaria, aprovechar nuestra tierra y darles el ejemplo a los niños, que son multiplicadores”, opinó.

Ya sin basura, el baldío fue mutando hasta convertirse en una huerta comunitaria.
Ya sin basura, el baldío fue mutando hasta convertirse en una huerta comunitaria.

Testigos del crecimiento

Para Bahamondes, nada mejor que los propios vecinos sean testigos del crecimiento de cada planta y del beneficio que trae aparejada la actividad en las familias. “Además, instamos a que se tome el ejemplo en los domicilios. Siempre se puede tener una quinta en estos terrenos tan generosos”, agregó. Y señaló que la idea es seguir alentando a las huertas verdaderas, “es decir, al trabajo consciente y a la técnica y en esto es fundamental el apoyo institucional”.

Además de tomate y zapallo, entre otros cultivos, también se han sembrado aromáticas, como albahaca y orégano.

“Estamos muy contentos; le hemos puesto lo mejor para que esas plantas estén de pie. Nos asustamos mucho con la tormenta de piedra del pasado 12 de noviembre, pensamos que iba a arruinarse todo y, sin embargo, la huerta estaba de pie”, dijo Bahamondes.

Este proyecto fue apenas uno de los tantos que se lleva a cabo en este sector de la Ciudad de Mendoza.

Gracias a los propietarios del puesto Las Gemelas, también se están llevando a cabo clases de apoyo escolar para los chicos de la escuela primaria que se ven imposibilitados de cumplir con las tareas debido a carencias de todo tipo y en especial a la falta de conectividad.

También se abrió un comedor y merendero que, si bien recibe ayuda municipal, necesita de una mano de la comunidad. Por eso, Bahamonde pidió chapas y membranas para mejorar algunas construcciones, camas, colchones, útiles escolares, ropa, calzado y alimentos. Se puede colaborar a través del (261)155575027.

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