Las emotivas historias de los adultos mayores que viven en la Residencia Santa Marta

Fue inaugurado como casa-habitación y hasta el año pasado se llamaba hogar, pero cambió su denominación para adaptarse a un nuevo concepto más abarcativo e integral de acompañamiento. Son 65 las personas que comparten allí sus días y lo sienten propio: desde Carlos que se levanta a las 5 a limpiar y regar el patio “porque es del campo”, a Cecilia que allí descubrió sus dotes para el canto y Mónica, la profe que decora todo y se ocupa de generar actividades para el resto.

A casi 100 años de su inauguración, la ahora “Residencia” Santa Marta, acoge a adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad

Foto:José Gutierrez / Los Andes
A casi 100 años de su inauguración, la ahora “Residencia” Santa Marta, acoge a adultos mayores en condiciones de vulnerabilidad Foto:José Gutierrez / Los Andes

Un edificio centenario guarda entre sus paredes miles de historias, historias de vida, de soledad, de luchas, de abandono, de desazón, de necesidades que encontraron entre sus rincones el hogar, el plato de comida o la contención necesarios. No todos llevan dramas en la mochila, otros simplemente necesitan cuidados que aquí encuentran.

El tradicional hogar Santa Marta, destinado a adultos mayores, cambió su denominación para llamarse “residencia”. En 2028 este espacio cumplirá un siglo enclavado en un punto de privilegio, en la calle Boulogne Sur Mer frente al parque General San Martín. Parte del edificio ya cumplió los 100 años en 2014.

Fue en 2023 que se decidió adaptar el concepto a las nuevas miradas, el de un acompañamiento integral, en el que muchas personas encuentran mucho más que lo indispensable.

Hogar Santa Marta, residencia de adultos mayores ubicado en Av. Boulogne Sur Mer de Ciudad, donde los residentes practican deportes, estudian y realizan distintas actividades recreativas, donde se sienten acompañados y cuidados
Foto:José Gutierrez / Los Andes
Hogar Santa Marta, residencia de adultos mayores ubicado en Av. Boulogne Sur Mer de Ciudad, donde los residentes practican deportes, estudian y realizan distintas actividades recreativas, donde se sienten acompañados y cuidados Foto:José Gutierrez / Los Andes

Se trata de un lugar al que llegan personas mayores de 60 años en alguna condición de vulnerabilidad: la mayoría no percibe jubilación ni otra asignación del Estado, por lo que no tienen ingresos. Hay personas que requieren cuidado y acompañamiento que no puede brindarle su familia o que quizás están solos y no tienen quien los ayude en esta etapa de la vida. Personas con conflictos familiares o en situación de calle también son parte del ensamble que los reunió entre esos antiguos patios para entablar un diálogo y acompañarse. Hoy quienes viven allí tienen entre 60 y 98 años.

En los patios, en el comedor y otros espacios pueden verse sus 65 residentes charlando o haciendo alguna actividad o simplemente contemplando.

La vida allí

Carlos Ferreyra tiene 66 años y se levanta todos los días a las 5 de la mañana. “Es que soy del campo”, argumenta. Así que para aprovechar ese tiempo mientras arranca la actividad, disfruta de limpiar el patio y regar las plantas. Así espera hasta las 8, cuando se sirve el desayuno.

“Me levanto a las 5, pongo la pava, me doy un baño y 5.45 ya estoy limpiando mientras tomo mate, a las 8 ya está impío”, relata.

Viven en habitaciones que llaman departamentos, que alojan a dos personas, y cada una tiene salida al segundo patio, el que deja impecable Carlos. Además hay un pabellón, en el que residen aquellos que requieren una asistencia más cercana.

Cecilia Viadana (62) también vive allí. Llegó luego de sufrir un ACV en 2020 que le dejó serias consecuencias, entre ellas dificultades para caminar y en su visión. Gracias al apoyo que ha recibido de kinesiólogos y otros profesionales que trabajan en el lugar, ha logrado salir adelante. Pero no solo eso: fue en la residencia que descubrió sus dotes artísticas y comenzó a cantar. “Yo me meto en todas las actividades que puedo y ahora canto folclore, se me despertó acá”, relató. Así que es la “cantante oficial” de los festejos que se hacen como las fiestas patrias o cumpleaños.

Hogar Santa Marta, residencia de adultos mayores 
Mónica Rossi, una residente de 62 años y maestra de arte en el comedor decorado con árboles y elaboradas flores de papel que ella misma hizo.  Foto:José Gutierrez / Los Andes
Hogar Santa Marta, residencia de adultos mayores Mónica Rossi, una residente de 62 años y maestra de arte en el comedor decorado con árboles y elaboradas flores de papel que ella misma hizo. Foto:José Gutierrez / Los Andes

Salen a pasear por el parque, hacen juegos y además reciben muchas visitas. Para las fiestas patrias suelen asistir colegios y reciben apoyo de organizaciones de la sociedad que les llevan ropa, calzado, sábanas, u otras cosas de necesidad.

Quien también despliega sus dotes es Mónica Rossi, otra residente de 62 años, pero en otras artes. El comedor está decorado con árboles y elaboradas flores de papel que ella misma hizo. Es que es maestra de arte y, de hecho, contó que con las “chicas de Recreación” se encarga de armar actividades para el resto de los residentes. Además asiste a la escuela que funciona en el lugar, es una de las dos personas allí que llegó al secundario, entonces, le dan tareas adaptadas a sus conocimientos, pero además , colabora en apoyo al resto de los alumnos.

“Me gusta mucho aprender y enseñar y eso me hace sentir muy bien”, destacó la mujer impecablemente maquillada y peinada. Explicó que hasta hace un tiempo era cuidadora de adultos. Pero tuvo una situación de salud que la complicó tras dejarla mucho tiempo internada. Empezó a requerir apoyo que su familia no podía darle diariamente y por eso la derivaron a este lugar, además de que no tiene casa. Consideró que ahora tiene mejor calidad de vida y sociabiliza más: “Al ser celiaca acá tengo todos los cuidados, me curan todos los días, me siento acompañada por muchos profesionales y tengo una habitación para mi sola”, contó.

Hogar Santa Marta, residencia de adultos mayores. Mónica y Cecilia, dos residenetes: la primera  (en la mesa) decora, le segunda (de pie) descubrió allí sus dotes para el canto.
Foto:José Gutierrez / Los Andes
Hogar Santa Marta, residencia de adultos mayores. Mónica y Cecilia, dos residenetes: la primera (en la mesa) decora, le segunda (de pie) descubrió allí sus dotes para el canto. Foto:José Gutierrez / Los Andes

Durante el recorrido, aparece por un costado del patio Rosa, ella junto a Nicolás, son la única pareja que hay en el lugar. Se conocieron allí, y los encargados de la residencia se ocuparon de darles un cuarto para que compartan y proporcionarles una cama matrimonial. Ambos tienen deterioro cognitivo, un cuadro cada vez más frecuente en los adultos mayores.

“Se quiere casar, vino a pedirme que quiere que les hagamos una fiesta y les consigamos anillos, están todo el día juntos”, relató Daniel Alanís, el encargado administrativo. Sin embargo, ante las dilaciones ahora Rosa flexibilizó los requisitos y dijo que si no se puede hacer una fiesta que igual quiere casarse, pero quiere que sea con civil.

Más que cuidado

Los responsables del lugar explican que se cambió la denominación de hogar a residencia para que fuera más abarcativo. Se trata de un nuevo concepto que se maneja en este tipo de residencias.

“No es un ‘depósito’ de adultos sino que es un hogar de puertas abiertas, pueden venir o salir cuando ellos quieren y la familia también”, resaltó Virginia Flores, la médica y directora técnica de la residencia.

Explicó que muchas de estas personas están solas o con los vínculos socioafectivos y familiares rotos. Por eso ellos trabajan en restablecerlos e intentan incluir a la familia en las actividades. Dijo que los residentes están esperando esos momentos y los disfrutan pero que no siempre logran ese acercamiento porque hay historias muchas veces complicadas de violencia, peleas y otros asuntos.

Hogar Santa Marta, residencia de adultos mayores ubicado en Av. Boulogne Sur Mer de Ciudad. Decoración con mosaicos hecha por ellos mismos hace unos años.
Foto:José Gutierrez / Los Andes
Hogar Santa Marta, residencia de adultos mayores ubicado en Av. Boulogne Sur Mer de Ciudad. Decoración con mosaicos hecha por ellos mismos hace unos años. Foto:José Gutierrez / Los Andes

“Este año logramos que varios vayan a festejar la Navidad con sus familias”, apuntó como logro.

“Hogar suena a contención, cuando hablamos de residencia implica que hay un equipo interdisciplinario que trabaja y que se incluye hasta lo recreativo”, explicó Lucas Luppo, el director de Adultos Mayores de la provincia quien explicó que implica adaptarse a la normativa nacional.

Hay una escuela donde asisten 15 alumnos y esperan ampliar el cupo este año.

El lugar tiene espacio para albergar a 120 personas. Hay 67 empleados que por turnos asisten las 24 horas a los que se suman 14 profesionales externos.

Entre las actividades, hacen caminatas, bingos, torneos y hasta agenda de Vendimia. Para este año, la doctora contó que ya están pensando en tener Bendición de Frutos, armarán un video con anécdotas que tengan los residentes sobre esta época e incluso se hace la elección de la reina.

Una actividad de hace unos años dejó huella. Una voluntaria, Rosa Giménez, llegó al lugar y junto con quienes allí habitan realizaron mosaicos que hoy decoran los patios y los llenan de color. La mujer falleció y en homenaje se hizo un paseo de Mosaicos sobre la calle Vicente Gil, una de las laterales de la residencia.

El edificio

La estructura cuenta con tres cuerpos separados por dos patios. El primero es el ingreso y allí se instalan oficinas administrativas. El segundo cuenta con habitaciones y un gran comedor, al final del cual está la escuela. En uno de los laterales está el gran módulo de quienes son menos independientes.

Fue construido en 1914 y utilizado como hogar de día. Luego fue reformado en 1927. Es un predio de 4.920 m2 con una superficie cubierta de 2.264 m2.

Santa Marta, residencia de adultos mayores ubicado en Av. Boulogne Sur Mer de Ciudad, donde los adulto mayores practican deportes, estudian y realizan distintas actividades recreativas donde se sienten acompañados y cuidados.
Foto:José Gutierrez / Los Andes
Santa Marta, residencia de adultos mayores ubicado en Av. Boulogne Sur Mer de Ciudad, donde los adulto mayores practican deportes, estudian y realizan distintas actividades recreativas donde se sienten acompañados y cuidados. Foto:José Gutierrez / Los Andes

El conjunto habitacional fue inaugurado por las autoridades de la provincia el 11 de octubre de 1928, un establecimiento dedicado a proporcionar vivienda y cuidados a adultos mayores y personas con movilidad reducida, o que requieren atención de manera permanente, tal cual ha relatado Natalia Luis, doctora en Historia, miembro del Incihusa, Conicet.

Con la remodelación, en principio se llamó Casa habitación para jubilados y pensionados. El albergue fue parte de las políticas sociales y edificado por iniciativa de la Caja Obrera para la pensión de la vejez e invalidez.

En la argumentación de la iniciativa, el directorio de la Caja Obrera, de la cual era presidente José Hipólito Lencinas, alegaba que era necesario encontrar una solución al problema habitacional de los pensionados, quienes se veían acuciados por altos alquileres de los dueños de conventillos. Fue construido con cemento armado y de estilo colonial.

El alquiler quedó estipulado en $6 mensuales, los pensionados cobraban alrededor de $50 mientras que los conventillos privados llegaban a cobrarles $24 mensuales.

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