InfoDatos - Julio, el mes en el que más mendocinos mueren

La temporada invernal es la que, históricamente, más vidas se cobra en la provincia. Las muertes por año y por departamento en Mendoza.

Parece que la frase "hay que pasar el invierno" en cuestiones de salud vital no es una exageración. Los datos prueban que durante los meses fríos aumenta la cantidad de muertes en la provincia. Se aprecia entre junio y setiembre, algunos años con picos más marcados y otros menos notorios. 
Así se desprende de los registros sobre defunciones que lleva la subsecretaría de Planificación y Control del Ministerio de Salud. Éstos muestran también que algunos años se han producido en enero picos similares a los del invierno.

En la provincia pierden la vida un promedio de 1.049 personas por mes, según los mismos datos (disponibles desde 2001). En promedio, el año con más muertes fue 2016 (1.211) y fallecieron 1.528 personas en junio, 1.460 en julio y 1.359 en agosto. Esto luego de los 1.123 de enero, 1.069 de febrero, 1.133 de marzo, 1.089 de abril y 1.236 de mayo. En definitiva casi 40% de las defunciones del año se concentraron en los 3 meses de invierno.

Hay que hacer notar que la cantidad de muertes ha ido aumentando año a año en lo que va del siglo. Esto se explica, simplemente, por el crecimiento poblacional.

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Capital, General Alvear y Godoy Cruz son los departamentos donde más posibilidades tiene alguien de morir si se cruzan las defunciones cada mil habitantes. Así, la Ciudad de Mendoza es la de más alto índice, con 9,80 muertes cada millar de vecinos.

Por encima del promedio provincial de muertes cada mil habitantes (7,49) también están San Rafael (7,52), Rivadavia (7,56), Junín (7,62) San Martín (7,92) y los mencionados Godoy Cruz (9,31) y Alvear (9,38).

En el otro extremo están Malargüe (3,97) y Tupungato (4,65), no casualmente las comunas donde más ha crecido la población en los últimos años, lo que indica un menor envejecimiento demográfico.

...y te diré de qué mueres

Dado que el aumento de muertes ocurre en invierno, podría aventurarse que las causas son fallas respiratorias vinculadas a las patologías propias de la temporada. Sin embargo las estadísticas muestran que entre las principales causas de fallecimientos en la provincia prevalecen las relacionadas con el sistema cardiovascular.

De las defunciones, 32% corresponden al aparato circulatorio, 20% son por tumores  y 15% por enfermedades crónicas del sistema respiratorio, detalló Leticia Ramírez, jefa de la Sala de Situación de Salud del ministerio.

En 2017, la enfermedad que más fallecimientos causó fue la neumonía: 1.093. Pero no está muy lejos de la segunda causa, el infarto agudo de miocardio, que se cobró 1.041 vidas. Ambas con mayor incidencia a partir de los 50 años y más impacto aún en personas de más de 60 años.

Sin embargo, de las siete primeras causas, sólo dos están vinculadas al aparato respiratorio, mientras que el resto al cardiovascular. 
Estas son (en orden): neumonía, infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardiaca, otras enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, enfermedad cardíaca hipertensiva, enfermedad isquémica crónica del corazón y accidente vascular encefálico agudo.

Les siguen diabetes mellitus, tumor maligno de mama y tumor maligno de los bronquios y del pulmón.

Corazón delator

Especialistas consultados sostuvieron que no hay estudios realizados que vinculen la época del año y las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, refirieron interpretaciones que se hacen en otros lugares del mundo.

Rubén Cerchiai, jefe de Epidemiología, destacó en primer lugar el hecho de que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el país. Pero además hizo una asociación entre estas patologías y las enfermedades respiratorias: "Cuando se evalúa la mortalidad asociada a influenza, algunos países notan que en las etapas de mayor incidencia de influenza aumenta la mortalidad por causas vasculares porque a veces descompensa pacientes con problemas cardiovasculares".

“Es un elemento que descompensa ante un estado de enfermedad crónica”, agregó Cerchiai.

Ramírez, por su parte, destacó que “la neumonía es la primera causa pero por aparato las primeras siguen siendo las cardiovasculares”. Y opinó en el mismo sentido que Cerchiai: “Cuando la persona sufre una enfermedad respiratoria como ETI (enfermedad tipo influenza) o neumonía, si tiene una enfermedad de base su cuadro es más complejo”.

Por eso, ambos profesionales destacaron que ése es el motivo por el cual se hace tanto hincapié en la vacunación antigripal en mayores de 65 años y menores de esa edad que tengan alguna enfermedad crónica, ya que se considera población de riesgo. Ramírez subrayó que con ella disminuyen las complicaciones y la mortalidad.

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