“Las cosas maravillosas”, la majestuosidad de la sencillez

La exitosa obra protagonizada por Lali González pasó por Mendoza y dejó una huella imborrable en quienes se animaron a vivir esta propuesta tan emotiva como original

Una obra majestuosa, sencilla y conmovedora
Una obra majestuosa, sencilla y conmovedora

Lali González es todo lo que está bien. La actriz paraguaya nació para esta obra. En eso, Mey Scápola, la directora de “Las cosas maravillosas”, no se equivocó cuando le dijo que era perfecta para esta puesta y hasta le consiguió una niñera para que pudiera meterse de lleno en los ensayos.

Una obra majestuosa, sencilla y conmovedora
Una obra majestuosa, sencilla y conmovedora

La capacidad de la actriz para transitar por las emociones que propone la obra es superlativa. En la frenética carrera que va de la angustia, y el nudo en la garganta que no la deja hablar, a la risa alegre y contagiosa, ella gana siempre. Es ella y su presencia. Ella y su emoción. En la obra no hay más nada que ella y su cuerpo, sus lágrimas y sus risas. Su forma de contar te lleva, te envuelve y no existe nada más.

La obra se presentó en el auditorio Deodoro Roca de la Biblioteca y Mediateca Pública Manuel Belgrano, en Godoy Cruz. No había un lugar mejor para hacerla. El espacio, pequeño e intimista, tiene la mística justa que la obra necesitaba. Cien personas. No, cien almas tocadas por la voz desnuda de Lali González, quien sin micrófono supo inundar la sala con su decir. La dinámica de la obra no necesita más. Es una pena desde el punto de vista de que miles de personas deberían verla. La solución parecería simple: más funciones. Mendoza fue el punto de partida de la gira por Argentina. Bueno, Lali, Mey, el público mendocino quiere (en realidad necesita y no lo sabe) un bis.

Una obra majestuosa, sencilla y conmovedora
Una obra majestuosa, sencilla y conmovedora

No importa la edad que tengas, no importa si atravesaste por lo que se plantea en la obra. El texto te deja pensando (y en algunos casos llorando con ruidito). Tal vez estás esperando que te cuente la obra. Bueno, no. No se puede. No es de esas obras que se pueden contar como un cuentito porque no es una obra más. Es una obra que se vive, y no diré más.

Lali González es una actriz joven que madura sobre el escenario. Se hace inmensa y se apodera del espacio. Lo que parece una frase hecha se vuelve una realidad. Es una obra de antes y después, una propuesta que trasciende lo “espectacular” y te deja masticando verdades. Hace que te cuestiones prioridades, si lo urgente va antes que lo importante y si estamos mirando bien. ¿Le estamos prestando atención a las cosas maravillosas?

Una obra majestuosa, sencilla y conmovedora
Una obra majestuosa, sencilla y conmovedora

La obra pasó por Mendoza y fue un éxito. Si estás leyendo esto desde alguna otra provincia en la que pase la obra, andá. No es una orden. Es una sugerencia un tanto imperativa. No te vas a arrepentir. No la vas a pasar mal. Vas a salir más liviano y haciendo una lista en tu cabeza con esas cosas que para vos son infaltables entre las cosas maravillosas. El olor de tu bebé, las milanesas de tu mamá, sacarte los zapatos cuando llegas de trabajar y quedarse descalzo un rato. Son millones las cosas que son maravillosas, que nos dan un motivo para seguir, pero a veces necesitamos una ayuda para descubrirlas.

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