Croacia: el otro campeón sin corona

El equipo talentoso y tenaz que se instaló en la primera final mundialista de su historia, sobreviviendo a tres partidos que se definieron en el alargue - dos por penales - simplemente le faltó pegada y soluciones ante una Francia más dinámica, fresca y experimentada en las grandes lides, que se impuso ayer por 4-2 y consiguió la segunda copa para sus arcas.

Los croatas llevarán a casa la medalla del segundo puesto, y el recuerdo del mejor desempeño en la historia del fútbol nacional. Luka Modric, su motor en la media cancha, exhibirá orgulloso el Balón de Oro que se le entregó el domingo como mejor jugador del Mundial.

Pero seguramente, los jugadores y las decenas de miles de seguidores croatas que se dieron cita en el estadio Luzhniki rumiarán por largo tiempo la idea de qué habría ocurrido en este recinto si la selección balcánica hubiera llegado a la final sin tanto rodaje extenuante en sus duelos de eliminación directa.

Pensarán también que habría pasado si Mario Mandzukic, una de sus principales figuras, no hubiera desviado hacia su propio arco un tiro libre para un autogol que abrió el marcador a los 18 minutos. O cuál habría sido el desarrollo del duelo si no se hubiera revisado y sancionado mediante el videoarbitraje un penal, por una mano de Ivan Perisic, que Griezmann transformó en gol en las postrimerías del primer tiempo.

Incluso, habrá quien inquiera si la invasión de cancha a cargo de cuatro personas en el comienzo del complemento distrajo a los croatas. Momentos después de que el personal de seguridad controló la situación, Francia asestó las estocadas mortales, con tantos de Kyliay Mbappé y Paul Pogba.

Muchas circunstancias imprevistas, pero ninguna trascendente. Francia se impuso simplemente porque jugó mejor y tuvo más empaque para capitalizar las circunstancias del encuentro y obtener el segundo cetro en su historia.

Croacia seguirá buscando la primera copa. Habrá que ver si tiene una nueva oportunidad o si Modric, Mandzukic e Ivan Rakitic se unen en definitiva a Ferenc Puskas, Johan Cruyff, Roberto Baggio y otros grandes jugadores que perdieron finales mundialistas y jamás regresaron. Modric y Mandzukic tienen 32 años. Rakitic cumplió ya los 30.

Así que la derrota ante Francia parece clausurar el desempeño mundialista de las tres figuras y de una Croacia que inspiró y no se cansó de luchar para imponerse por penales a Dinamarca en octavos de final, por la misma vía a la anfitriona Rusia en cuartos y en prórroga a Inglaterra en semis. ¿Tendrán revancha?

EL DT croata dejó varias frases tras la derrota:

El árbitro: "En una final del Mundial no se puede pitar ese penal. Y lo digo con respeto a Francia. No tuvimos nada de suerte. Creo que hicimos el mejor partido del Mundial, pero nos castigaron mucho los detalles".

El penal: "Lo que dije antes es una valoración de la jugada, ya está. No quiero decir nada malo del árbitro, respeto mucho a los colegiados. Quiero ser positivo. Yo respeto mucho al VAR, es bueno para el fútbol".

El partido: "Creo que hicimos nuestro mejor partido. Jugamos muy bien la primera media hora y tuvimos la desgracia del autogol. Pero seguimos, nos levantamos y marcamos el empate. Lo intentamos de todas las maneras, pero no pudo ser. Estamos tristes, pero orgullosos de lo que hemos hecho".

Mala suerte: "Tuvimos momentos de buena suerte en el Mundial, pero en la final no. Controlamos el partido, pero los dos primeros goles fueron una desgracia. Luego ya con el tercero lo vi difícil, la verdad. No nos rendimos, tras el segundo gol luchamos hasta el final. Creo que nos vamos con honor, pero era difícil ganar."

Ivan Perisic y Mario Mandzukic marcaron en la semifinal s sendos goles para clasificar a Croacia a la final del Mundial de Rusia, pero hoy el destino les tenía reservada la cara más amarga del fútbol. No sólo perdieron la final en la que Francia se impuso 4-2 a Croacia en Moscú, sino que fueron los principales responsables de los dos primeros goles de “Les Bleus”.

El primer tanto de la final lo marcó Mandzukic (18') en propia meta. El delantero de la Juventus de Turín peinó una falta de Antoine Griezmann y el balón acabó en el fondo de las redes croatas. Mandzukic tenía la cara desencajada.

Perisic llenó de esperanzas a Croacia al poner el empate en el 28', pero poco después, en el 34', provocó él mismo un penal en su área. Blaise Matuidi remató de cabeza y Perisic tocó con la mano el balón. El árbitro argentino Néstor Pitana revisó la jugada en las pantallas y marcó el punto de penal.

Tras el 2-1 llegaron otros dos goles de Francia. Por lo menos, Mandzukic se despidió marcando el 4-2 definitivo aprovechando un grosero error del meta Hugo Lloris.